Recuerdo que te tuve entre mis manos
cuando me imaginaba en otra vida,
hoguera nuestra, tierra prometida,
Libertad intocable a los tiranos,
sueño torvo de todos los humanos,
noche ardiente en la plaza derruida
del pueblo donde yace, piel rendida
la esperanza de herreros y artesanos.
Te tuve entre mis manos un momento,
y te esfumaste luego, ensangrentada,
derribando con aire tan violento
a la raza que absorta y enlutada
te miró derramarte en pavimento,
donde se alza en fragores la matanza.
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